Todo empezó hace como dos semanas el día que Rodrigo nos dio deeksha: me entró por la cabeza y me sacó todo el mal humor guardado con los años. Esa noche me puse histérica y la llamada de Juan Pablo no entró. Acto seguido, o día mejor dicho, me fui a recuperar fuerzas a la casa de David porque no quería sentir que estaba entrando en una relación: error. Cae más pronto un hablador que un cojo.
En casa de David la noche estuvo llena de risas, Santa María, vino tinto, Raya que me hacía caras, Gaby, y unas amigas de él que se iban a la danza de la luna. Esa noche, con mi cabeza llena de existencias perdidas, al final me fui a la cama calientita de Juan Pablo, pensando en soledades inconsolables, creando también lo inevitable que vendría.
El sábado me convertí en un dragón de melena de todos colores y lo mío fue escupir fuego a todo ser que se me pusiera enfrente, incluyéndolo a Juan Pablo y a Natalia: ahí vino mi transformación. Es que de ser un ser común y corriente, me convertí en una que se tropezó de nuevo y con la misma piedra. Y es inevitable el llanto, y la desesperación de lo poco que aguantamos hoy la vida. De que no importa, tampoco, cuán yogui seas el miedo es el miedo.
Yo pataleé, lloré como nena, gruñí e incendié mi cuarto. Y nada funcionó: el domingo lo vi con una chica que no era yo y a comerme el pastel entero, y a seguir caminando porque no queda de otra, y a leer a Cortázar y su subte a media noche. Y respirar profundo porque si no, no sana el dolor. Y venir a dar clase con los ojos hinchados y decirles a los chicos que cómo creen que su maestra master de las brujas lloró, porque para eso hay hechizos, lo que pasa es que me entró una basurita en el ojo, y no sé cómo sacármela....
....Eso: basurita....que se recicle, que me deje de doler, que quien se acerque, sepa esto: que viajar y enloquecer y bailar y decir palabras sin fondo me encanta. Que odio que no se atreva la gente a pisar mi territorio, que solamente me muero de miedo, que hay que saber leer, las actitudes de una que como yo nunca se le fue lo niña. Que la basurita sí existe pero en mi alma, porque no se me sale, porque me equivoqué de nuevo, porque no paro de llorar.
Y para acabar: Raya me gusta un montón ¿Esto qué?